martes, 27 de mayo de 2008

Ecoogler: el buscador ecológico

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¿Que es Ecoogler?

Ecoogler es un buscador que utiliza la tecnología de Yahoo y que ayuda a reforestar el amazonas y a preservar los recursos naturales de agua dulce.

Usando Ecoogler se obtienen los mismos resultados, y se ayuda a la asociación benéfica Aquaverde (ONG) fundada en Ginebra, Suiza, en el año 2002.

Esto es posible gracias a un acuerdo con Yahoo y Aquaverde.¿Como funciona?
Cada búsqueda realizada en Ecoogler, contribuye simbólicamente a reforestar una hoja. Por cada 10.000 búsquedas/hojas, Ecoogler dona el dinero necesario para que se plante un árbol en el Amazonas.

miércoles, 21 de mayo de 2008

My Inmortal



Marcela Mosqueda. una voz hermosa, suave y sutil. Algún día, conocerá más que el éxito, la fama y la gloria. De estas palabras estoy seguro.

En el estante

Entré y creí saber a dónde iba. Qué ingenuo. Había perdido ya la cuenta de mis pasos, y cada pasillo se volvía más estrecho. Más y más hasta que sólo veía libros. Estoy convencido: están vivos, como las flores y el verde de un jardín; asilo de las letras y su escondite preferido. Dueños de la tinta y esclavos del papel. ¡Cuán indefenso se encuentra el domador en busca de autonomía!, vida de literato y condenado a morir por ellas. En este lugar el eco deshace el silencio y la luz se esconde entre prólogos y finales. Al caer la noche, cada estante se vuelve su casa y el secreto de otra historia; duermen y se sueñan libres para despertar en ojos ajenos. Siempre así, y de vuelta al encierro: qué agonía la suya. Con el tiempo las letras cambian de piel, maduran y reviven a ojos del lector. Cobran fuerza, y amenazan con rebelarse, mas atadas permanecen mientras su dueño aún viva y respire celoso de sus trazos. Poco a poco se oxidan y se tiñen de vejez, se sufren a sí mismas para enfrentarse a sus peores miedos y temores; volver a ser lo que siempre han sido y morirán siendo: desnudos pedazos de alfabeto.

lunes, 19 de mayo de 2008

Escóndete

Amo las madrugadas. Les diré cuánto las estimo a ver si me ayudan a negarle amor al sol, y que así no salga. Ni mañana ni nunca, para que sobreviva la noche y las estrellas pierdan el miedo. Que no se acabe esta madrugada, con sus horas muertas que parecen vivas, con sus desiguales tonos negros; con momentos donde el día y la noche se saludan de la mano. Que no salga mañana ni nunca, y se esconda entre las montañas, y así evitar el más mínimo destello. Quédate ahí, quieto y sin vida, hasta que pueda volver a sentir que siento.

Foto: Guillermo Jáuregui.

domingo, 18 de mayo de 2008

Duerme tranquila

De problemas se adornan los sueños. Quiero soñarte y soñarte una sonrisa Y regalártela y verte sonreír. Voltéame a ver y finge cariño, o al menos suéñame feliz. No va a pasar nada. Sé fuerte, que yo estaré contigo, anclado a tu alma y varado en tu propio deseo de olvidar que existo. Pero siempre ahí. Una ilusión, y un pedazo de tu tacto. Deséame lejos hasta que mi voz sea vuelva un silbido del viento. Deséame muerto para que mis ojos se acomoden entre las estrellas y te siga queriendo. Sueña que me sueñas y que mi vida fue la tuya. Pero hoy duerme tranquila, sin soñar que vives, ni soñarme vivo.

Anestesia

Te veo y me ves. Algo tienen tus ojos, pero me evitan al compás de tu desprecio. ¿En qué fallé? ¡Dímelo! Ya no somos dos extraños en una tarde forzada de invierno. No. Olvida todo; olvida el tiempo, y ese beso vacío de sentimiento. O mejor aún, olvídame, para poder olvidarte y arrancarte sin sufrirte. Llévate tus lágrimas y guárdalas en una caja con mi aroma. Piénsame en las noches para que tu sueño se cobije con mi rencor y duermas tranquilamente muerta. Fuiste lo que debías ser, y hoy creo ser fuerte: terriblemente fuerte.

viernes, 16 de mayo de 2008

Veneno

En el terciopelo de una tarde, te sigo viendo como la niña que me robo el corazón. ¿Se puede? ¿Se debe? Aún sigue dando vueltas en mi cabeza el acertijo que me roba el sueño, que me hace derramar lágrimas de culpa por el simple hecho de sentirte cerca, de haberte hablado...de haber pecado. Cada día que pasa, mis venas se envenenan del sentimiento de no tenerte, de no verte, de no tocarte; el tiempo pasa lento, a veces simplemente siento que se detiene. Las horas se vuelven en mi contra, me envuelven en mi propia desesperación, me roban el aliento, me hacen pensar que no habrá fin al sufrimiento que parte mi alma en dos, que la desgarra...que la esclaviza con tu ausencia. Camino por la calle y la veo como un mundo al que alguna vez creí pertenecer, del que ahora me siento ajeno, extraño.
Lloro en silencio. Mis lágrimas no hacen mas que curtir sin cuidado la herida que se abrió al dejarte, misma que no sana sin tus besos, sin tus caricias. ¿Pero qué estoy diciendo? ¡Debo dejarte!, correr a donde nunca más puedan mis labios sentir los tuyos, perderme en los rincones del olvido, allá donde mi corazón encuentre cura para esta enfermedad que me llena de desdicha. Suelta mi mano, déjame volar lejos, donde el viento se reencuentra con las hojas caídas del otoño, lejos de tu mirada, lejos de ti. Es un rompecabezas que no tiene derecho ni revés, sólo hay piezas, miles de piezas que carecen de sentido, y sólo aumentan el dolor de aquella despedida en la que te vi llorar por alguien que no lo merecía. Cada día que pasa, mi mano recorre el mismo laberinto sin salida, sin destino ni rumbo y en busca del lugar donde la tuya espera por la mía sin barrera alguna que las separe.
Lo recuerdo como si fuera ayer: sentía cómo tu respiración resbalaba por mi pecho, empapándome con tu amor. Tus ojos fijos en los míos; me veías como si pudieras descifrar aquello que reprimía con el alma encrucijada, atada para no amarte. Estaba oscuro, sentía tu mirada cada vez más cerca...más cerca. El tiempo se congelaba al compás de mi respiración; de pronto, un arrebato de locura me hizo pensar que perdía el conocimiento. Dejé que mis labios hablaran, que te envenenaran del amor que escondía en lo más recóndito de mi alma. Cada segundo, cada instante que permanecí unido a ti por aquél beso, es el que ahora me recuerda el amargo sabor de la distancia que nos separa, que alimenta día con día el sentimiento de volver a decirte lo mucho que te amo y me haces falta. No existe tal vez castigo alguno para el mal que cometí al haberte enredado con un corazón que sangra al no sentir la fuerza de tu mirada, que sólo mantiene su débil palpitar por el hermoso recuerdo de aquella última caricia que hoy se desvanece como el suave perfume de las flores en primavera.
Foto: Guillermo Jáuregui.

lunes, 5 de mayo de 2008

Quiero no quererte

Suficiente. Déjame en paz. Toma tu cariño y hazlo añicos. Ya no quiero sufrirte y volverte a llorar. La tarde se arrodilla y me llenas de miedo. Miedo de no saber cómo amarte, y amar a otra en espera de tu olvido. Espero vivir de mi nostalgia y sedarme de tu ausencia, de tu desprecio y tu falta de tacto. Viví de tus palabras, dulce miel de hipocresía. Te lloré 365 noches haciendo del vacío mi refugio, de mi vida un cobarde suspiro. Mañana no serás tú. Ya habrás muerto, bajo mil historias y nuevas risas. Mañana no serás tú, ni nadie.

Invierno

Lo hicimos nuestro. Fue un invierno tomados de la mano, reviviendo calles, animando al recuerdo. Te solté sin miedo y forzando una sonrisa. Hoy abrí los ojos esperando verte aferrada a mi pecho. Desperté en una cama vacía de sueños. Te busca mi boca y te encuentra el deseo. Mañana no estarás, y yo no estuve hoy, ni nunca. A tu lado, fantasma solo y cautivo en esperanza. Respiro tus besos olvidados, y me regalas la sombra de una sonrisa ¿Por qué me dueles? Ya son dos noches que te veo reflejada en la luna, inmune a cada lágrima que regalo al tiempo. Hoy sólo sueño tus ojos, tu olor, tu piel. Mi corazón pierde tu ritmo saboreando aquél invierno, con sus heladas, petrificando tu mirar en mi pupila. Mi verano espera el frío de tu invierno. Ven, dame tu mundo y tu ilusión. Toma mi mano, dame un beso y olvida todo.