lunes, 5 de mayo de 2008

Quiero no quererte

Suficiente. Déjame en paz. Toma tu cariño y hazlo añicos. Ya no quiero sufrirte y volverte a llorar. La tarde se arrodilla y me llenas de miedo. Miedo de no saber cómo amarte, y amar a otra en espera de tu olvido. Espero vivir de mi nostalgia y sedarme de tu ausencia, de tu desprecio y tu falta de tacto. Viví de tus palabras, dulce miel de hipocresía. Te lloré 365 noches haciendo del vacío mi refugio, de mi vida un cobarde suspiro. Mañana no serás tú. Ya habrás muerto, bajo mil historias y nuevas risas. Mañana no serás tú, ni nadie.

2 comentarios:

Familia Torres López dijo...

Cuando el corazón se empeña en no olvidar solemos creer que lo que sentimos es eterno, que no habrá nada que nos borre las huellas de quien se fue... y es cierto, el tiempo no es sabio y tampoco llegará alguien que ocupe su lugar. Nuestra vida es una gran colección de sentimientos, y ninguno se parecerá o superará al otro. Las personas que amamos en el pasado estarán en nuestro presente aunque llegue alguien que llena mejor los huecos, sin embargo no todo está perdido. Toda persona que irrumpe en nuestra vida nos dará nuevas experiencias, nos mostrará una manera diferente de amar, y comprobaremos así que jamás amamos de la misma forma, que siempre hay algo nuevo por descubrir y que vale la pena buscar un nuevo amor sin olvidar los anteriores...

Un abrazo :)

desde algún lugar ... dijo...

El reconocimiento es la parte más difícil pero al lograrlo se convierte en lo más gratificante.

Aquí "pagando" la visita.

Saludos