martes, 26 de agosto de 2008

Nos acabamos

Se acabó el efecto de tu sueño, del mundo perfecto, de los suspiros sin tiempo. Se acabó mi todo, mi única razón, mis ganas de saberlo. Se acabó tu vida y la mía, el futuro a salvo, el delirio de las horas. Dejé la pluma en tus palabras, en la hebra de mis miedos, durmiendo en tu veneno. Se acabaron las cartas que te hablaban de repente, las películas de dos, las llamadas a tu tacto. Se acabó la urgencia de tenernos, de anidar en tu cuerpo, de hablarle al roce de tus labios. Se acabó el mar de tu recuerdo, el naufragio sin tus besos, la locura del encuentro. El odio de querernos, cueva de mentiras, falsa hipocresía. Se acabó tu figura en el agua, tu sueño en mi nostalgia. Te acabaste en el otoño, con la excusa de dejarme, de volverte estatua del invierno. Me acabé contigo, en la muerte del destino, con las últimas notas, en la hipnosis de la luna. Nos acabamos amor, cuando la eternidad se vuelve piedra y te extraño en el aliento del mañana. Todos los días, a todas horas, nos acabamos, sin saber que nos tenemos.

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