martes, 26 de agosto de 2008

No quiero levantarme de la cama hoy

No quiero levantarme de la cama hoy. Mi brazo, mi pecho, mi corazón no quiere. Estoy bien aquí, en la sombra del día, en el aroma de tu cuello. Estoy bien, dormido, despierto, a tu lado. Los dos estamos, ausentes en el sueño, en el mismo mundo, con palabras sin cuerpo. Estamos sin poder estarlo. Nos prohibimos la alegría, y nos hundimos en la noche que se viene afuera. No hay nadie, nada. Tus manos, las mías, el cuarto, el frío. Me duele saber que se acaba, que el día amenaza con abrirte los ojos, que no eres tú la que me abraza. Soy feliz a ratos, cuando tu voz está cerca, cuando compartimos la noche en el teléfono. Y en la distancia que nos hiere, en el hambre de las horas por un beso, te declaro, te grito, que te quiero. Pero aquí adentro, debajo de todo, en las sábanas de tu piel y la mía, no hay barreras ni secretos. En mis ojos y en los tuyos, en la luz de tu cabello, en las pláticas sin tiempo, somos, estamos, nos queremos. Afuera se tiñen colores perdidos. Amanece, en tu vida amanece. Y yo te miro, el pedazo de sueño en que descansas, puro, limpio. No quiero levantarme de la cama hoy; y sin decir más, decido quedarme. Por hoy, por hoy.

Foto: Miguel Ángel Gutierrez Bonilla

1 comentario:

bEtH dijo...

Que nostalgico de vdd! pero me encanta la narración! Hay días que si dan ganas de no levantarseee!