jueves, 31 de julio de 2008

Se sabe

En los besos se sabe, con el calor de la boca, en la mirada profunda. Se sabe en la mano que aprieta la mano del otro, en las palabras que perdona la lengua, en el oído callado. Se sabe en el ritmo del aire, cuando el día se enciende y caminan las horas inquietas. En el “te quiero”, “me quieres”, “te extraño”, se olvida que arriba está el cielo y abajo nosotros dos, viéndonos a los ojos, en medio del sol, tomados del alma. Se sabe el amor a pedazos, en frases inciertas, en futuros de nadie. En el abrazo, cuando el cuerpo es el pecho y el corazón el deseo naciente, se sabe, y se entiende. En la distancia, sin uno mismo, sin tus brazos tiernos, en el insomnio de tu ausencia; con la miel de tus labios, tus delicadas y perfectas manos, tu calma de ángel. Sé que te quiero, que lo eres todo, que nadie sabe. Ya lo dije, y estoy tranquilo.

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