viernes, 11 de abril de 2008

Un solo México

No podemos negar nuestras raíces, al menos no deberíamos. La continuidad cultural desaparece en la medida en que cada uno de nosotros colocamos en un punto de opacidad nuestros orígenes de lo que fueran nuestros antepasados mesoamericanos: “una de las pocas civilizaciones originales que ha creado la humanidad”. La coexistencia del México imaginario, como lo designa Bonfil Batalla, con el México profundo, representa una endeble línea entre dos posibles futuros. Por un lado, como sostiene el autor, se encuentran una serie de factores negativos que los occidentales, como nos hacemos llamar, hemos descubierto al rechazar y negar nuestras raíces, además de excluir a quienes no sólo las aceptan, sino mantienen una lucha cíclica por ellas; por sus tradiciones y costumbres, su estilo de vida, de organización, estructuración. Así, el autor enfatiza en la invalidez que han dado las pruebas que a lo largo de la historia de México, ha dado la civilización occidental, quienes sólo reconocen a los descendientes indios como un “símbolo de obstáculo y atraso”. El patrimonio cultural de nuestro país debiera ser, precisamente, una fusión entre las dos civilizaciones, en donde se involucren las diferentes características de cada una, para lograr tener un país heterogéneo y plural, algo que sin duda, es el sueño como nación: lograr un proceso de desarrollo, no de sustitución. Es necesaria una reflexión a conciencia que nos haga valorar, aceptar e incluir a las diferentes etnias y grupos sociales de la república, no sólo como crecimiento personal, sino como la posibilidad de consolidarnos como un país unido y estable, que reconoce, valora y respeta su procedencia, sus raíces.

1 comentario:

Familia Torres López dijo...

Me entristece que no veamos nuestra riqueza, que despreciemos nuestros orígenes y veamos estancamiento donde en realidad hay magia.
No entiendo cómo podemos cerrar los ojos ante personas tan valiosas que pueden dar luz a nuestro futuro gracias a su pasado sin contaminar. En todo caso los que estamos fuera de lugar somos los contaminados (yo soy un poco española, un poco de raza negra y muy poquito indígena), quienes tenemos un origen prácticamente desconocido y somos una mezcla de culturas. ¿Quién está de más? ¿En qué consiste nuestro concepto de "atraso", "analfabetización", "inculturalidad"? Esos conceptos son el reflejo de nuestro afán de creer que sólo lo nuestro es válido, que existe sólo una manera de vivir (la nuestra, claro), y que nuestro físico, ideas e idioma es el ideal.
La diversidad es riqueza, y si no tenemos consciencia de ello estamos realmente perdidos.

saludos!! :)