¿Qué descanso puede tener el domador, si al querer dormir, las letras amenazan con asesinarle? Más al dormir podemos ver más mundos de los que el ojo humano muestra rencoroso, y así empaparnos de vida. No. No daré tregua. Si al escribir muero, será en la batalla. Mientras, tendrán que vivir a los pies de mi pluma.
viernes, 14 de marzo de 2008
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